El primer ministro británico Boris Johnson ha abandonado el hospital en el que fue ingresado hace una semana al tener síntomas provocados por el COVID-19. El mandatario llegó en estado consciente a la UCI del hospital público St Thomas en Londres, donde ingresó la noche del domingo con fiebre alta, 10 días después de dar positivo.
Johnson pasó tres noches en la unidad de cuidados intensivos,y se le administró oxígeno pero no fue necesaria la aplicación de un respirador, para posteriormente ser trasladado de nuevo a planta, donde permanecía desde el pasado jueves.
Por recomendación médica, el primer ministro no se va a incorporar a su puesto de trabajo y se dispone a pasar unos días en Chequers, su casa de verano al noroeste de Londres, tal y como ha comunicado un portavoz del Gobierno.
“Nunca agradeceré lo suficiente” al personal del NHS, “les debo la vida”, ha asegurado el mandatario en su primera declaración oficial.
Por el momento, el secretario de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, seguirá ocupando su cargo temporalmente.
En sus redes sociales, su prometida Carrie Symonds, que se encuentra embarazada, ha querido resaltar la labor del Servicio Nacional de Salud.
“No puedo agradecer lo suficiente a nuestro magnífico Servicio Nacional de Salud. El personal del Hospital St Thomas ha sido increíble. Hubo momentos la semana pasada que fueron muy oscuros. Mi corazón está con todos aquellos que están en situaciones similares, preocupados por sus seres queridos”.
Symonds está en aislamiento ya que ha presentado síntomas parecidos a los del coronavirus, pero todavía no se le ha realizado la prueba.
Johnson, que dio positivo por COVID-19 el pasado 27 de marzo, ha dejado temporalmente las riendas del Gobierno en manos de su ministro de Exteriores, Dominic Raab.